Suric no podía creérselo, su alumbrante antorcha había despertado al oso. El oso le perseguía por toda la cueva. El oso intentó cogerle ¡casi le muerde!
Suric y el oso llegaron a la sala donde estaban Ovi y Plumitas. Ellos ya sabían que estaban en peligro. Suric gritó a sus amigos que corrieran y el oso empezó a perseguirles a los tres. ¡Era una persecución!
El oso llevaba un rato detrás de los tres amigos. De pronto, Suric tuvo una idea. Ovi demostraría lo aprendido y despistaría al oso volando alrededor de su cabeza mientras Plumitas cantaría una ópera tan aguda como para derrumbar las estalactitas del techo.
Pusieron el plan en marcha. Resultó que las piedras que cayeron alrededor del oso lo dejaron encerrado. Menos mal que Ovi consiguió escapar volando. Ellos huyeron pero el oso con sus fuertes garras destrozó las estalactitas y corrió en su busca. Al poco rato ya los tenía a la vista.
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