miércoles, 11 de febrero de 2009

Capítulo 2. LA CUEVA DEL OSO

Aquella tarde Suric propuso a sus amigos ir al bosque a jugar al escondite. Tan bien se lo estaban pasando que no se dieron cuenta de que anochecía y, además, se estaba formando una gran tormenta. Cuando empezaron a oir los primeros truenos quisieron volver a casa, pero no pudieron encontrar el camino de vuelta. Ovi y Plumitas estaban muy asustados pero Suric les calmó. Estaba claro que no podrían volver de momento a casa y decidieron que tenían que buscar un lugar para pasar la noche. Pronto encontraron una cueva. Una vez dentro hicieron fuego frotando unos palos y con ramas secas consiguieron una buena fogata. Al iluminarse el espacio vieron que la cueva no terminaba allí, que continuaba hacia el fondo. Suric, que es muy decidido, cogió un palo encendido y siguió hacia el fondo de la abertura. De pronto se tropezó con algo: un bulto oscuro y peludo que al principio confundió con una manta. Fijándose bien vio que aquel bulto se movía, que dos ojos grandes y llameantes por el reflejo de la hoguera le miraban fíjamente. De repente aquel enorme bulto lanzó un rugido atronador que hizo temblar toda la cueva y dejó al descubierto sus enormes dientes afilados ¡ERA UN OSO!

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